Control agua de lluvia

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Las primeras aguas pluviales son las más contaminantes ya que arrastran la suciedad y contaminación existente en el asfalto de las calles. Los tanques de tormenta retienen el agua de las precipitaciones y regulan su paso hasta las depuradoras para evitar que en días de fuertes precipitaciones, se tenga que verter el agua sin tratar a nuestros ríos.

El agua llega a través de un colector que transporta el líquido hasta los tanques. Antes de llegar, se va filtrando a través de unas rejas que permiten separar los residuos sólidos. Para la regulación del paso del agua hacia las depuradoras, se utilizan válvulas y compuertas que ajustan, según el caudal, el flujo de agua que va a ser liberada. Una vez vacío, en el interior del depósito quedan residuos que deben retirarse rápidamente y de la manera más eficaz posible. 

En todo el proceso, el acero inoxidable está presente. Evita la corrosión que se podría producir por el contacto con el agua y las bacterias, prolonga los periodos de mantenimiento del material y nos garantiza la resistencia necesaria para que los materiales no cedan por la presión.