Para toda la vida

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En cada tatuaje, la aguja tiene que atravesar la epidermis para introducir la tinta en la dermis. Un proceso que se repite cientos de veces al minuto. La nitidez del diseño, la seguridad del procedimiento y la comodidad del tatuador depende, entre otros factores, de los materiales utilizados. 

Las agujas para tatuar están en contacto directo con la piel, la tinta y los fluidos corporales. Para evitar la posible liberación de partículas contaminantes, se recomienda el uso de aceros inoxidables de alta calidad, como el AISI 316L. A nivel estructural, la dureza del inoxidable evita deformaciones durante el uso, permitiendo que las agujas mantengan su forma y afiancen la precisión de cada trazo. Esto se traduce en líneas definidas, sombreados homogéneos y un menor esfuerzo para el tatuador.

Las configuraciones (formas) de las agujas precisan del acero inoxidable para mantener su forma y función durante las largas sesiones de tatuaje. Hay distintos tipos: 

  • Round Liner (RL): agujas agrupadas en un patrón circular compacto. Se emplean para delinear con precisión, logrando líneas definidas y consistentes.
  • Round Shader (RS): la disposición es similar a las RL, pero con un patrón más abierto. Indicadas para sombreados suaves y rellenos en zonas más pequeñas.
  • Flat: Son agujas alineadas en fila recta. Adecuadas para trazos amplios y uniformes, además de crear efectos de sombreado.
  • Magnum: Se disponen en dos filas de agujas escalonadas. Permiten cubrir grandes áreas con sombreados y degradados suaves.
  • Curved Magnum (CM): Similar a las Magnum, pero con una ligera curva en los extremos. Diseñadas para adaptarse mejor a la piel, logrando transiciones más naturales en áreas curvas.

El electropulido como valor añadido

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Algunas agujas pasan por un proceso de electropulido, un tratamiento electroquímico que mejora el acabado superficial.

Para entenderlo mejor, imagina la superficie de un metal a nivel microscópico. Puede presentar irregularidades, como pequeñas rugosidades, ¿verdad?. El electropulido actúa para alisar esa superficie, reduciendo significativamente la microrugosidad. Al eliminar irregularidades microscópicas, rebabas y otras imperfecciones, se reduce la fricción con la piel y la precisión de la aguja sobre el proceso de tatuaje es mayor, lo que hace disminuir el trauma cutáneo y favorece la cicatrización. También tenemos que tener en cuenta que una superficie más lisa, reduce el riesgo de adhesión de suciedad o residuos, mejorando la limpieza de las superficie. 

Por lo tanto, el electropulido es un tratamiento beneficioso en la fabricación de agujas para tatuar, así como para otras aplicaciones con elevadas exigencias de resistencia a la corrosión y limpieza, como las industrias farmacéutica, bioquímica y alimentaria.  Debido a que el electropulido no implica impacto mecánico, térmico o químico, se pueden someter a este proceso elementos de casi cualquier forma, tamaño y fragilidad mecánica.

Para los tatuadores, el uso de inoxidable en sus agujas se traduce en mayor control y confianza en su herramienta de trabajo; para los clientes, en un proceso más seguro y una mejor experiencia de cicatrización.