Ambientes fuera de humos
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En cocinas profesionales, laboratorios o plantas químicas, las campanas de extracción industrial fabricadas en acero inoxidable representan una solución técnica de gran valor para entornos donde la limpieza y la seguridad son prioritarias ya que estos sistemas son los responsables de mantener el aire libre de vapores, grasas y partículas contaminantes, garantizando condiciones de trabajo adecuadas y saludables.
No es casualidad que el acero inoxidable sea el material predominante en estas instalaciones. Aporta ventajas concretas que lo convierten en el más demandado. Su resistencia a la corrosión permite soportar ambientes húmedos y agresivos sin comprometer la estructura ni el aspecto exterior de la campana. Por otro lado, la superficie uniforme evita la acumulación de residuos y facilita la limpieza frecuente, una exigencia habitual en entornos donde se manipulan alimentos o sustancias químicas.
Dentro de las opciones disponibles, el inoxidable tipo AISI 304 se emplea generalmente en campanas destinadas al sector alimentario y en cocinas industriales. Ofrece un equilibrio entre resistencia mecánica y facilidad de mantenimiento, cualidades muy apreciadas cuando el objetivo es garantizar un funcionamiento continuo y seguro. Este tipo soporta bien el contacto con vapores, grasas y soluciones ligeramente ácidas. Su comportamiento frente a temperaturas moderadamente elevadas lo hace adecuado para campanas instaladas sobre hornos, planchas o freidoras. La facilidad para ser trabajado y moldeado permite crear diseños adaptados a cada espacio, asegurando una integración estética y funcional en cualquier cocina o taller industrial. Además, el acero inoxidable AISI 304L, una variante con bajo contenido de carbono del AISI 304 (indicado por la "L"), permite soldaduras que previenen la corrosión intergranular, un problema común en uniones realizadas con el material incorrecto.
El tipo AISI 316 se emplea en espacios más exigentes, como instalaciones farmacéuticas, laboratorios químicos o industrias donde el ambiente contiene sales o productos químicos corrosivos. La presencia de molibdeno en su composición incrementa la resistencia frente a la corrosión localizada, especialmente la provocada por cloruros. Este comportamiento ofrece mayor seguridad en procesos donde se manipulan soluciones salinas o agentes químicos agresivos, evitando fallos prematuros en la estructura. Además, el AISI 316 conserva sus propiedades mecánicas en ambientes con alta humedad y temperaturas cambiantes, lo que contribuye a alargar la vida útil de la campana y reducir gastos asociados al mantenimiento. Existe también la versión AISI 316L, con bajo contenido de carbono, que mejora el comportamiento en soldaduras y previene la corrosión intergranular en las uniones. Su capacidad para mantener un aspecto impecable incluso en condiciones exigentes refuerza su valor en entornos donde la higiene visual también resulta esencial.
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